¿Qué hago si mi ex se niega a vender el piso?

En el Despacho Abogados Karen Selva Bilbao somos especialistas en defendemos tus derechos o los de tu empresa den casos de accidentes de tráfico, accidentes o enfermedades de trabajo, cualquier tema relacionado con el Derecho Laboral, el Derecho Civil y también podemos asesorarte en Divorcios, porque somos expertos.

Por eso nos parece interesante compartir en nuestro blog este artículo de Las Provincias que describe una situación que hoy en día puede se da con cierta frecuencia y que en nuestro despacho de abogados de Bilbao hemos atendido con éxito en varias ocasiones.

¿Qué hago si mi ex se niega a vender el piso?

Cuando una relación entre dos personas que tienen un piso en propiedad acaba, empiezan los problemas. ¿Qué ocurre entonces con ese inmueble? Con frecuencia uno de los propietarios quiere deshacerse del piso que comparte con su ex pareja, pero la otra mitad no quiere vender, ya sea porque realmente no desea quedarse sin el piso o bien por venganzas tras la ruptura. En ocasiones, la pareja se niega incluso al alquiler de la vivienda, hasta estando vacía.

Si no hay hijos menores
Puede ocurrir que una de las partes esté ocupando la vivienda y no quiera abandonarla porque no tiene otro sitio al que mudarse, pero su economía no le permite comprar la mitad del piso que corresponde a su ex pareja. También puede suceder que ambas partes no se pongan de acuerdo en el importe por el que deben vender la propiedad, o simplemente que una de ellas utilice el piso que tienen a medias para sus venganzas personales después de la ruptura.

Cuando uno quiere vender su parte, lo ideal es que sea el otro copropietario quien se quede con la vivienda, comprando la parte que corresponde a su ex pareja. Es la situación más sencilla. Pero puede ocurrir que no quiera comprarla para vengarse de su ex cónyuge, o simplemente que económicamente no pueda adquirir la mitad que no posee pero siga sin querer vender su parte.

Lo mejor en estos casos es tratar de llegar a un acuerdo con la ex pareja para vender. Pactar un precio para dar salida a la vivienda y vender la propiedad, para terminar con la hipoteca (de haberla) y repartir el dinero restante según la participación que tiene cada uno o según el acuerdo al que hayan llegado entre ambos.

Pero si uno de los dos quiere vender y el otro no, y parecen haberse agotado las posibilidades de llegar a un acuerdo, aquél que desee deshacerse de su parte del piso puede optar por venderla sin necesidad de autorización de la otra parte. Hay empresas que llevan a cabo este tipo de compras —las especializadas en la compra de proindivisos—, que cada día son más comunes.

Éstas compran la parte que posea el propietario en cuestión (sea la mitad, un tercio...) pero no son la solución en todos los casos, ya que en general no compran cuando hay hipotecas de por medio.

En cualquier caso, se trata de una solución rápida, pero lejos de ser ideal ya que estas empresas pagan entre un 35 % y un 60 % del valor de tasación de la parte en cuestión, por lo que el vendedor siempre recibe un precio inferior al valor de mercado.

Si no se quiere vender por el precio que ofrecen las empresas de compra de proindivisos, y no se consigue llegar a un acuerdo con la ex pareja, sólo queda solicitar la división de la cosa común en un juicio.

Es el camino menos recomendable ya que suele convertirse en un proceso largo y tedioso, además de caro, y suele terminar en subasta pública. Aquí cualquiera puede pujar por la vivienda, y si existe hipoteca, el banco recibe el importe de la compra hasta saldar la hipoteca. De quedar importe pendiente, la hipoteca no queda cancelada.

Con hijos menores y dependientes
Si existen hijos menores, la situación es totalmente distinta
. Independientemente de si se trata de una separación de mutuo acuerdo o no, aquél que tenga la custodia de los menores tendrá derecho a permanecer en la vivienda, incluso aunque haya separación de bienes, a menos que se llegue a otro tipo de acuerdo de manera amistosa, que deberá ser aprobado por el juez.

En estos casos, la vivienda no podrá venderse hasta que los hijos tengan independencia económica.

En el caso de que exista un hipoteca pendiente a nombre de ambos propietarios, un juez puede llegar a determinar que aquél que no vive en ella tenga que seguir sufragándola en parte.

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